Ecuador es conocido por su chocolate, pero también por su café.
Como saben los lectores de este blog, el café no es lo mío. Sin embargo, tengo algunos amigos conocedores, a los que les traje algunas judías y les propuse un pequeño post.
Así que aquí está la reseña del Café Amazónico de Galletti:
Un poco más fuerte que el primer Natkaw que probé (el Frutal 65%), este chocolate de Manabi es igual de extraordinario. Hay notas de agua de azahar y mantequilla, pero también de frambuesas, fresas y plátano. En resumen, el nombre “frutal” es perfectamente apropiado. Termina con un toque de amargor y caramelo.
Una muy buena sorpresa. Este chocolate de una pequeña granja de agroturismo, comprado en una feria de Navidad por 2$, es uno de los mejores que he probado (¡y ya saben que eso es decir mucho!).
Es una intensidad afrutada y ligeramente ácida que dura desde el primer choque con las papilas gustativas hasta un sabor que persiste mucho después de haberlo tragado. Hay fuertes acentos de mandarina, acompañados de notas de miel de abeja cremosa. Una experiencia encantadora.
Oscuro, profundo, pero floral y dulce. Al principio, notas de rojo vino y azul violeta, luego viene un núcleo de caramelo y plátano, para un final ligeramente amaderado que permanece en el paladar.
Como Pacari sabe hacer, se trata de un chocolate equilibrado, donde cada color está calibrado con precisión, en un chocolate suave y fundente. Un chocolate de competición.
A pesar de la presencia de mango y edulcorantes, no es un chocolate muy dulce. El mango aquí no tiene acidez: complementa la profundidad de un chocolate oscuro y sobrio, sin amargor pero sin chispa.